Artículo
de Cristina Garrido publicado en ABC Digital . 14 de septiembre.
Parece
una paradoja, pero los tomates también se pueden plantar en el asfalto. No de
forma literal, obviamente. Nos referimos a la moda de los huertos urbanos, que
cada vez tienen más presencia en las grandes ciudades, donde se echa de menos
el contacto con la naturaleza.
En
Madrid, por ejemplo, algunos vecinos han aprovechado los descampados de sus
barrios para cultivar sus propias hortalizas de forma colectiva. Otros optan
por montarse el huerto en el piso. Basta con tener un sitio al aire libre: una
terraza, un balcón o una ventana, para poder cultivar. Existen incluso
estructuras verticales que ahorran espacio.
«Cuanto
más urbano es el lugar más necesidad hay de un huerto», asegura a ABC.es
Alfonso Sánchez, biólogo y responsable de contenidos de Planeta Huerto, una
tienda online que vende productos relacionados con la jardinería, los huertos y
el estilo de vida sostenible. Una tendencia que, en su opinión, va a más por
varias razones: «Tenemos una necesidad vital de tocar naturaleza, una mayor
preocupación por la calidad de los alimentos que comemos y es una actividad
desestresante y divertida». Aunque advierte de que para que resulte entretenido
y relajante hay que planteárselo como como un hobby. «Hasta las plagas forman
parte del aprendizaje», apunta en tono jocoso.
Si
estás harto de comprar tomates que saben a cartón o llevas tiempo barajando la
posibilidad de convertir la agricultura en una afición, te explicamos, paso a
paso, cómo montar tu huerto en casa.
-Busca
una zona exterior soleada. Para el cultivo de hortalizas se necesita, como
mínimo 4 ó 5 horas de sol directo. Si no tienes tanto sol, puedes limitar tu
huerto a determinadas plantas aromáticas como las mentas, el cebollino o las
caléndulas, que no necesitan tanta luz.
-Los
recipientes tienen que contar, como poco, con 20 centímetros de altura para que
se desarrollen las raíces, ser anchos, y tener desagüe para evitar el exceso de
agua. En cuanto al material, la madera o cerámica es más aislante y
recomendable que el plástico.
-Elige
un sustrato ligero con mucha capacidad de retención de agua y nutritientes.
Puedes plantar semillas o plantones. Éstos últimos son más sencillos de sacar
adelante si te estás iniciando.
-El
riego es lo más complicado. «No hay una norma, hay que cogerle el punto,
depende de la época del año, del cultivo y del sol que recibas», advierte
Sánchez. Lo ideal son pequeños riegos continuados para mantener la tierra
húmeda, pero sin encharcarla.
-Para
empezar, los cultivos más sencillos, según el experto, son las lechugas, los
rabanitos los ajos tiernos, la rúcula o las espinacas. El tomate, por el contrario,
es el más complicado y al mismo tiempo el más deseado en todos los huertos. «Es
difícil porque coge todo tipo de plagas. No debes deseperarte, tienes que ir
tratándolo y cogiendo cosecha hasta que no dé más», avisan desde Planeta
Huerto.
-Utiliza
abonos orgánicos y tratamientos ecológicos que no dejen residuos en las
verduras y hortalizas.
-Lo
mejor para evitar plagas, apunta el biólogo, es hacer las cosas bien: Cultivar
cada alimento en su época, usar un buen sustrato, ubicar en un lugar correcto,
utilizar productos preventivos (como el extracto de hortiga) y ser constantes
con el riego.
-¿Podemos
mezclar cultivos? Se pueden asociar siempre que la relación sea positiva. Hay
plantas que se llevan bien e incluso se protegen de plagas y las hay demasiado
invasivas como para compartir recipiente. «Por ejemplo, el tomate va muy bien
con la albahaca, que genera aceites esenciales que protegen de plagas a su
compañero. Ambos necesitan mucha agua y son de verano», explica.
-Y
por último, un consejo del biólogo: «Empieza poco a poco y no quieras tener el
"megahuerto" en una hora. Se trata de ir aprendiendo y tener pequeños
éxitos».
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