Verso suelto, mirada caída, besos colgados y butoh. De la colección “Guiño al japonismo” de “Tomates en el balcón” |
Verso
suelto, versos impares… Déjame sentir, amar hasta la última mirada, reír, hasta
mi último aliento; llorar por los que no tienen, cantar a los que me escuchan,
bailar con los que me aguardan (L.C.Crespo) Rezamos y danzamos en “Tomates en el
balcón” porque el butoh es poesía corporal.
Dicen “nuestro
propósito es descubrir las sutilezas del propio lenguaje corporal desde una
perspectiva que integra lo físico, lo emocional y lo espiritual; construir
puentes entre opuestos a partir de la reflexión del cuerpo como camino
alternativo a la lógica del pensamiento; despertar y/o enriquecer la imaginación
en el cuerpo y el alma”.
Danzamos
entendiendo el cuerpo como templo viviente de los sentimientos. Este templo,
este cuerpo, esta carne atravesada de amor, dolor, traición, ternura, pasión,
soledad, desolación… esta carne es el templo en el que oficiar el rito de la
sanación, el acto creador, el momento de dar y recibir, de separar y tomar,
morir y volver a nacer.
Este
post y dibujo me lo dedico. (sonrío)
Susana
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