martes, 8 de abril de 2014

Verso suelto, mirada caída, besos colgados y butoh. De la colección “Guiño al japonismo” de “Tomates en el balcón”

Verso suelto, mirada caída, besos colgados y butoh. De la colección “Guiño al japonismo” de “Tomates en el balcón”


Verso suelto, versos impares… Déjame sentir, amar hasta la última mirada, reír, hasta mi último aliento; llorar por los que no tienen, cantar a los que me escuchan, bailar con los que me aguardan (L.C.Crespo) Rezamos y danzamos en “Tomates en el balcón” porque el butoh es poesía corporal.

 Dicen “nuestro propósito es descubrir las sutilezas del propio lenguaje corporal desde una perspectiva que integra lo físico, lo emocional y lo espiritual; construir puentes entre opuestos a partir de la reflexión del cuerpo como camino alternativo a la lógica del pensamiento; despertar y/o enriquecer la imaginación en el cuerpo y el alma”.

Danzamos entendiendo el cuerpo como templo viviente de los sentimientos. Este templo, este cuerpo, esta carne atravesada de amor, dolor, traición, ternura, pasión, soledad, desolación… esta carne es el templo en el que oficiar el rito de la sanación, el acto creador, el momento de dar y recibir, de separar y tomar, morir y volver a nacer.

Este post y dibujo me lo dedico. (sonrío)


Susana 

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