sábado, 27 de abril de 2013

Gente que nos gusta y cosas que nos gustan. Tiergarten jardín romántico. Libro, fotografía de Amparo Garrido.





«¡Qué a gusto se halla el alma en tu jardín, jardinero!...», honraba Juan Ramón Jiménez a El Jardinero de Rabindranath Tagore, con ese romanticismo exento de exageraciones que le caracteriza





Durante un año la autora ha fotografiado el jardín romántico del Tiergarten, ideado en 1840 por Joseph Lenné. Un entorno artificial lleno de trucos, reflexiones, reflejos y armonías secretas que nos invitan a proyectarnos en él y suscitan la naturaleza más exuberante. A través de las instantáneas de Garrido se refleja el tránsito de las estaciones, haciendo del cambio la única cosa inmutable en este Edén berlinés.


Con ello el jardín termina de cobrar su auténtico sentido, potenciando todas las sensaciones proyectadas por los paisajistas románticos, libertad, anarquía, incertidumbre, cambio, vida, muerte.


En palabras de la propia autora, «es una hermosa mentira sobre lo salvaje, lo bello, lo natural y lo bueno», donde se crea un lugar mágico para la fantasía, donde surgen miedos y temores como la angustia de la soledad, tal vez Pulgarcito tirando migas devoradas por los pájaros tras sus pasos, porque este paseo puede llevarles tanto de vuelta a la infancia como a experimentar la atracción fatal que tiene la mirada de la belleza salvaje. Amparo ha fotografiado esta recreación de naturaleza para crear la apariencia de naturaleza anárquica, haciendo de la imitación la forma más sincera de adulación.


Un trabajo que a la autora le recuerda a Goethe, cuando concibe preceptos y reglas como trabas ante la percepción real de la naturaleza. Decía Cicerón que con tener cerca de un libro un jardín, nada falta, paseen por este libro de las tierras vírgenes recreando el espíritu del romanticismo.





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