miércoles, 5 de marzo de 2014

Ocio Creativo – Hecho a mano. Esmaltes Parte I. (Dedicado a mi madre)

  
Las Reglas básicas del esmaltado son fáciles de definir: su zona de trabajo debe estar perfectamente limpia, y se deben preparar los metales y esmaltes de modo correcto. El éxito de una pieza terminada depende en gran medida del cuidado con que se hayan observado estas reglas. Sin embrago, existen tantas sutilezas, gustos y formas de trabajar que sólo puedo sugerir o guiar al modo que lo hacía mi madre. Las fotografías que subimos en este post son  algunos de los muchos trabajos realizados por ella. Un beso mamá, te quiero.

Mi interés por los esmaltes comenzó cuando me encontraba estudiando la carrera de Derecho. A ratitos, y para desconectar de los libros, observaba a mi madre cómo planificaba y diseñaba para fusionar dos medios: el metal cristal y el metal (sus trabajos con plata, espectaculares)

Como ocurre con muchas cosas, el esmaltado parece a primera vista un tema comparativamente reducido, pero que se amplía misteriosamente cuando comienzas a apreciar las aplicaciones del metal cristal fundido con metal para motivos decorativos.

Material necesario:

Aparte de un trozo grande de plata u oro (que no son necesarios), el horno es el artículo más caro que se necesita, (aunque es posible hacer esmaltes utilizando un soplete). Se puede escoger entre los modelos a gas y los eléctricos. Recuerda, antes de comprar, que existe un mercado de segunda mano muy interesante.

Las herramientas que se necesitan no son caras y  algunas nos las podemos hacer nosotros mismos e incluso llorarle un poco a nuestro dentista (sonrío) ¡Mi madre pintaba con alfileres!

- Botes de plástico con tapa de malla a rosca (para tamizar esmaltes secos)
- Tarros de cristal con rosca (para lavar los esmaltes en polvo)
-  Lápiz de fibra de vidrio (para limpiar el metal antes de esmaltarlo).
- Goma arábiga (para sujetar los esmaltes)
- Herramientas dentales o hechas en casa para colocar el esmalte al agua sobre el metal.
- Pinceles de marta.
- Sierra de arco (para cortar el metal con precisión, sierra manual con dientes muy finos)
- Papel lija normal y de agua (se necesita, dependiendo, el grado 240,400, 600 y 1200)
- Mortero y mano de almirez (para moler los esmaltes en piedra)
- Tijeras para metal.
- Cizalla.
- Guantes resistentes al calor (para el momento del horno)
- Loseta de enfriado (para colocar las piezas calientes que salen del horno y dejar enfriar)
- Mica (es útil para colocar sobre ella los esmaltes mientras se están cociendo)
- Taladro manual pequeño (si queremos hacer adornos y artículos de joyería)
- Tamices graduados (se utilizan con los esmaltes secos)

Herramientas suplementarias:

- Moldes (para dar forma al metal)
- Paleta (se necesita un plato cerámico con aproximadamente 10 secciones para colocar los esmaltes al agua mientras se usan)
- Mazo de cuero sin curtir 8se utiliza para moldear el metal sin dejar marcas)
- Piedras de carborundo (para lijar los esmaltes)
- Limas (para limpiar los bordes de las piezas de metal)
- Buriles (para repujar dibujos en el metal, y suelen asociarse con el trabajo en basse-taille)
- Cuchillo paleta (en forma de espátula que se utiliza para mezclar los esmaltes de pintura)
- Asfalto (para pintar el metal con una capa y protegerlo de ácidos o soluciones de aguafuerte).
- Ácido nítrico (para grabar la plata y el cobre, con solución de tres partes de agua por una parte de ácido y ocho partes de agua por una parte de ácido. Como con cualquier ácido, se añade siempre el ácido al agua)
- Ácido sulfúrico (para bañar plata, cobre y oro se utiliza una solución en proporción de una parte de ácido por 10 partes de agua. Añadir siempre el ácido al agua y no al contrario, ojo)
- Hilo de cloisonné (para trabajos de cloisonné)















Los esmaltes son una mezcla de Sílice (compuestos de álcali que disminuyen la temperatura de fusión del sílice), óxidos de plomo, sales de sosa, potasio y óxidos bóricos. Los esmaltes incoloros se conocen como fundentes, y los colores se obtienen añadiéndoles diferentes óxidos metálicos y/o tintes: Oxido de cobalto para los azules, óxido de cobre para el turquesa y algunos verdes, hierro y oro para los rojos, platino para los grises, magnesio para los púrpuras, uranio y antimonio para los amarillos, estaño para el blanco e iridio para el negro. Estas mezclas suelen producir lo que se denomina “esmalte transparente”. Los esmaltes opacos se logran añadiendo los mismos óxidos para conseguir el color, antimonio y arcilla. Se pueden comprar esmaltes sin plomo, que son especialmente adecuados para uso infantil, pero los colores son generalmente menos variados, y no se mezclan bien cuando se utilizan con otros esmaltes.

La temperatura de fusión depende de las proporciones utilizadas en la composición del esmalte; a la hora de comprar esmaltes debemos fijarnos si son: duro, medio o blando (duro quiere decir que tiene una temperatura de cocción alta, medio la temperatura es media y blando una temperatura de cocción baja)

Para comenzar, en “Tomates en el balcón” recomendamos comprar colores sencillos, que deberían incluir un par de azules, rojo claro, verde, amarillo, blanco y negro. Los esmaltes blancos y negros son siempre opacos, pero los otros colores pueden no serlo. Se necesitarán algunos fundetes claros, que se suelen utilizar como capa base para los esmaltes transparentes y también como barniz final (recordad que el color depende del metal que se utilice y si se emplea una base de fundete o una blanca. El color que vemos cuando compramos no guarda mucho parecido con el color cocido)

Podemos comprar esmaltes de tres tipos diferentes: transparentes, opacos y opalescentes.

Esmaltes transparentes: dejan pasar la luz y reflejan la superficie que hay debajo. Cuanto más brillante sea la superficie del metal antes de esmaltarlo, más brillantes resultará el esmalte. La densidad o tono de un color se intensifica con sucesivas aplicaciones.

Esmaltes opacos: cubren completamente la superficie del metal, así que no pueden pasar la luz a través de ellos. Después de cocerlos tuenen una apariencia brillante.

Esmaltes opalescentes: dan una apariencia ligeramente lechosa, que deja que se refleje la luz en la superficie del metal. Necesitan una cocción muy precisa para conseguir su apariencia perlada.

Podemos comprar estos tipos de esmaltes en piedra o en polvo.

Los esmaltes en piedra o frita parecen pequeñas piedras de cristal coloreado o claro. El esmalte en piedra se almacena en botes herméticos para evitar su deterioro, y debe estar completamente seco antes de guardarlo. En “Tomates en el balcón” nos gusta guardar las piedras en tarros de cristal para identificarlos rápidamente, lo más importante es que los tarros tengan tapas herméticas para que no se oxiden. Si se introducen partículas de óxido en el esmalte, será muy difícil de limpiar. El esmalte en piedra dura varios años, antes de utilizarlo, se tendrá que moler las piedras con un mortero y una mano de almirez.

Los esmaltes en polvo se compran molidos y empaquetados. No suelen necesitar más molidos, pero deben ser lavados antes de usarlos. Hay que almacenarlos en lugar seco.

Recomendamos empezar con técnicas de esmalte en polvo hasta familiarizarnos.

Continuará…

Susana Pérez Diez


 


















 




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