Comenzamos
Con el lavado y molido de los esmaltes.
Lavado
y molido de esmaltes en piedras (Se necesitará: Mortero, agua del grifo,
martillo, agua destilada)
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Colocar una piedra en el mortero y rellenar hasta la mitad de agua.
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Romper la piedra sujetando la mano del almirez encima de ella y golpear con un
martillo.
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Sujetar firmemente la mano de almirez y hacer un movimiento circular y de lado
a lado para romper la piedra. Continuar moliendo hasta que quede lisa.
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Teniendo cuidado de no echar fuera el esmalte, tirar el agua que estará turbia,
llenar el mortero hasta la mitad con agua limpia-
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Mover nuevamente, dejar asentar el esmalte y tirar el agua. Seguir aclarando
los esmaltes, hasta que el agua no salga turbia.
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Hacer un último aclarado con agua destilada. Ahora ya está listo el esmalte,
bien para ponerlo “mojado” sobre el metal o para dejarlo secar y tamizarlo
sobre el metal.
Lavado
y molido de esmaltes en polvo (Se necesitará: Tarro con tapa de rosca, agua del
grifo, agua destilada).
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Los esmaltes en polvo pueden lavarse colocando la cantidad deseada en el tarro
de tapa y cubriéndola bien con agua.
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Agitar el tarro y dejar que el esmalte se asiente en el fondo, las impurezas
subirán a la superficie y el agua se pondrá turbia.
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Tirar el agua, lavar nuevamente con agua limpia y así hasta que el agua salga
clara.
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Realizar el último lavado con agua destilada.
Aplicación
de esmaltes secos (Se necesitará: una parrilla metálica, hoja de papel limpia,
goma, tamiz, herramientas de esmaltado)
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Asegurarse de que el esmalte está seco, eliminar posibles grumos.
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Colocar el metal sobre el soporte, no tocar con los dedos (el metal debe estar
limpio, cualquier huella de grasa de los dedos puede levantar el esmalte de esa
zona mientras se cuece)
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Llevar el soporte hasta el centro de la hoja
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Usando el pincel de marta, cubrir la superficie del metal con una capa de goma
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Poner El esmalte en el tamiz y éste encima del metal ano más de 8-10cm de
altura, y golpear con cuidado el lateral del tamiz de modo que el esmalte caiga
uniformemente sobre la superficie de metal (La primera capa de esmalte antes de
la cocción debe cubrir el metal, si es demasiado fina, el esmalte se “levantará”
en el horno, dejando agujeros pequeños y metal a la vista)
-Si
ya tenemos suficiente esmalte en el trabajo, después de la primera aplicación,
lo dejamos secar unos minutos y estará listo para cocer.
Nota:
Podemos comprar tarros con tapas de malla para tamizar el esmalte seco sobre el
trabajo.
Aplicación
de esmaltes húmedos (Se necesitará: servilleta de papel o parrilla, goma
(opcional), pincel, herramientas de esmaltado)
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Preparar la pieza de metal de la misma manera que si fuese esmalte seco
-
Si estamos esmaltando una superficie curva, podemos aplicar una capa fina de
goma con un pincel de marta.
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Meter una pequeña espátula dentro del esmalte, que ya tendremos colocado en la
paleta, y sacar una pequeña cantidad con la punta
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Colocar el esmalte sobre el metal extendiéndolo con cuidado. Seguir cogiendo
pequeñas cantidades de esmalte y colocarlas sobre la superficie hasta que cubra
del todo (El esmalte debe ser lo más fino posible, pero ha de cubrir el metal.
Si tiene demasiada agua el esmalte no quedará uniforme)
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Dejar secar completamente antes de cocerlo.
Nota:
Es posible que resulte difícil colocar esmalte húmedo junto a un esmalte que ya
esté seco, porque el esmalte seco se lleva el agua antes de que pueda colocar
el otro esmalte. Podemos humedecer el trabajo con un pequeño pulverizador de
agua, o echando un poquito de agua destilada en la zona que se quiera cubrir.
Cocción
de esmaltes:
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La mayoría de los esmaltes se cuecen a temperaturas entre 760 grados c y 900
grados C. La temperatura a la que el esmalte se vitrifica o se vuelve brillante
depende de si son esmaltes de cocción dura, media o blanda. El tiempo también
dependerá del tamaño o grosor del trabajo, y del esmalte utilizado.
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Cuando el esmalte empieza a fundirse, veremos que se vuelve más oscuro, según
se va calentado toma una apariencia moteada, seguida de un brillo ondulas. Sacar
del horno y dejarlo enfriar.
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Una vez enfriado, podemos limpiar el esmalte en baño ácido para quitar los óxidos
que se hayan formado sobre el metal en el horno
-
Después del baño, aclarar el trabajo bien con agua.
Ya
estamos listos para preparar la segunda capa al trabajo y vuelta a cocer… (En
la última cocción dejaremos que “fluya” el esmalte hasta que la superficie quede
suave.
Próximamente:
Lijado, fundetes, contraesmalte y metales para esmaltar
Es
un trabajo lento, lo sabemos, pero os
animemos a probarlo/cocinarlo. ¡Todo a fuego lento sabe mejor!
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