Ando
estos días de preparativos para la mudanza por cambio de casa y entre varias “joyas”
que cuelgan en los techos de mi antiguo hogar hay dos que son diseños de Piero Lissoni
y Paolo Venini (lámparas de cristal de Murano). Dos joyas que me han dado la
idea para éste post.
En
“Tomates en el balcón” hablamos muy a menudo de lo hecho a mano, lo artesano,
artístico o de diseño en el terreno textil pero de vez en cuando nos gusta “tocar
otros palos”; aunque sin salirnos de nuestro concepto de la buena vida: producción
y consumo de cosas con valor y ajustándonos a unos mínimos exigibles: mano de
obra en condiciones dignas, materia prima y producción sostenible y responsable.
El vidrio de Murano y los trabajos de Piero Lissoni y Paolo Venini se ajustan a
nuestro ideal de “buena vida”
Un
poco de historia:
Aunque
se tienen vestigios arqueológicos de la fabricación de cristal en Murano desde
el siglo VII, no sería hasta mediados del XV cuando comenzara a desarrollarse
una verdadera industria. Por esa fecha, un artesano local llamado Angelo
Barovier descubrió las propiedades del vidrio sódico encontrado en la cercana isla
después de una larga experimentación. Este vidrio, muy transparente y maleable,
ligero y fino, que competía directamente con el más apreciado por aquel
entonces, el cristal de roca, permitía al vidriero trabajar al detalle la pieza
y crear en ella formas impensables hasta ese momento. Esta maleabilidad hacía
que el cristal resultante superase con creces al por entonces vidrio más
apreciado, el de Bohemia. Además, los colores con él obtenidos, muy intensos,
así como la espectacularidad y elegancia de las formas que permitía su trabajo,
hacían del cristal de Murano un objeto de lujo que rápidamente fue el preferido
por las clases acomodadas, un signo distintivo más de poderío y posición
social, tanto como el oro, las joyas y los costosos ropajes.
Con
el cristal de Murano se utilizaron las siguientes técnicas: la filigrana, el
esmaltado, el dorado, la millefiori (incrustaciones de cristal
multicolor) y el cristal de hielo.
Las
piezas de cristal de Murano continúan fabricándose con nuevos diseños que, en
muchos casos, alcanzan precios desorbitados. Los artesanos de Murano continúan
fabricando piezas de delicada factura y gran belleza, con magníficos acabados
en los que tienen cabida desde los adornos más tradicionales a las más
atrevidas líneas de diseño, muy admiradas en el mercado internacional. Si queréis
más información consultar la web: http://www.muranonet.com
“Nombres
propios”:
-
Paolo Venini y sus piezas únicas de cristal, la más importante y conocida
fábrica de vidrio soplado del mundo, cumple 90 años conjugando el diseño
contemporáneo con la tradición vidriera. Fundada por Paolo Venini, en 1925,
cambió la historia del cristal de Murano gracias a sus
productos, verdaderas piezas de arte. De los 90 artesanos que trabajan en la
fábrica, sólo uno conoce las fórmulas para lograr los más de
200 colores que Venini se enorgullece tener. El arte de obtener distintos
niveles de transparencia, diferentesbrillos y tonalidades es
exclusivo de Venini y uno de los secretos mejor guardados de la compañía.
Gracias a esto, el vidrio de sus objetos a veces simula lo que no es,
consiguiendo parecer metal. Sus piezas son arte,
muchas van numeradas y algunas son ediciones limitadas.
Basicamente fabrican lámparas y jarrones, aunque sus maestros también realizan
pedidos personalizados. Y además, tienen una línea de iluminación de alta
tecnología y originales diseños. El resultado de tanta dedicación son
verdaderas obras de arte y diseño, llegando a formar parte de las colecciones
de diseños más importantes en los mejores museos del mundo como el MOMA de
Nueva York, el Pompidou en París y el Victoria and
Albert Museum de Londres, entre otros. Tras la muerte de Venini en
1959, la empresa continuaron dirigiéndola los miembros de su familia, más
adelante, en 1985 fue vendida, pero conservando su espíritu y esencia. Sus
piezas son una mezcla entre arte, diseño e industria, un clásico. De lo más
asequible de su catálogo, alrededor de 300 €. En general los precios
acostumbran a ser prohibitivos, y si hablamos de las piezas de anticuario aún
más.
Piero
Lissoni: Piero es su nombre, Lissoni su apellido,
de profesión arquitecto. Nació en 1956, en Italia. Luego de graduarse de
arquitecto en el Politécnico de Milán, comenzó su carrera como diseñador y
director de arte. Hasta que, junto a su colega Nicoletta Canesi, en 1986, abre
su propio estudio en Milán, Lissoni Associati. Entre la lista de personas y
marcas ilustres para las cuales ha trabajado el estudio de Lissoni, se
encuentran Kartell, Knoll International, Porro, Alessi, Boffi, Cappellini,
Cassina, Desalto, Fantini, Flos, Fritz Hansen, Glas Italia, Lema, Living
Divani, Lualdi, Matteograssi, Pierantonio Bonacina, Poltrona Frau, Tecno y
Thonet, entre otras. También, se cuentan algunas incursiones en el mundo de la
moda, con diseños para tiendas de etiquetas italianas, además del showroom y la
identidad corporativa para la diseñadora neoyorquina Elie Tahari. El trabajo de
Lissoni fue premiado internacionalmente, y la lista de galardones se remonta a
la década del 90. Entre las últimas distinciones, se cuentan el premio Elle de
Decoración Internacional, en 2009, con un trabajo realizado para Galss bathtub
– Boffi. En el mismo año, recibió el Premio al Buen Diseño, que entrega el
Chicago Athenaeum Museum of Arch & Design, por la realización de Ile Club –
Living Divani. En 2010, recibió una nominación para el Mejor diseño doméstico
en los premios Wallpaper y, en 2012, resultó ganador nuevamente del Premio al
Buen Diseño del Chicago Athenaeum Museum of Arch & Design, por su trabajo
Audrey chair – Kartell.
Y para terminar comentaros que por
desgracia me tengo que deshacer de mis “joyas” ya que por el peso deben ser
colgadas sobre viga y no en falso techo. Si estáis interesados en más información
nos podéis enviar un e.mail. susanaperezdiez@gmail.com EN VENTA
Referencia:
Enlace
de referencia precios:
No hay comentarios:
Publicar un comentario