Buscando
información sobre la técnica del kintsugi, encontramos en el blog “El Zen de las cosas” un post que titulan:
“KINTSUGI, CICATRICES DE ORO”. Y es así; las cicatrices tienen una historia que
contar al igual que el kintsugi, que transmuta las heridas. Este arte no trata
de "arreglar" los defectos, no intenta perfeccionarlos, simplemente
vuelve a convertir la pieza rota en algo completo. Celebra la dialéctica de la
totalidad y la fragmentación... la idea de que la auténtica belleza está
compuesta por ambas.
Cuentan
que a finales del siglo XV cuando el shōgun, Ashikaga Yoshimasa envió a reparar
a China uno de sus tazones de té favoritos. El tazón volvió arreglado pero con
unas feas grapas de metal que le hacían inservible y tosco. El resultado no
gusto al general, por lo que busco artesanos japoneses que dieran con una mejor
solución, desarrollando el kintsugi, una
nueva forma de reparar cerámicas. Fue tal éxito del kintsugi, que algunos
coleccionistas japoneses fueron acusados de romper deliberadamente valiosas cerámicas, sólo
para tenerlas reparadas.
Se
utilizó en el kintsugi una técnica basada en el Wabi-Sabi, corriente japonesa
estética y de comprensión del mundo basada en la fugacidad e impermanencia.
Deriva de la afirmación budista Tri Laksana (Tres características de la Existencia ): la transitoriedad, la inexistencia del yo y la
insatisfactoriedad o sufrimiento. La práctica budista considera que el factor último
de liberación del individuo no consiste en un mero conocimiento lógico, teórico
o intelectual de estas tres realidades, sino una comprensión y aceptación
emocional interna auténtica y plena, consecuente con la actitud y el
comportamiento en la vida. Interesante ¿Verdad?
Algunas
características de la estética Wabi-Sabi son la asimetría, aspereza, sencillez
o ingenuidad, modestia o intimidad. Si hay algo que refleje todo esto, es,
desde luego, un objeto reparado “pegado” ¿no os parece?
Leemos:
“Las palabras wabi y sabi no se traducen
fácilmente. Wabi inicialmente refería la soledad de vivir en la naturaleza,
lejos de la sociedad, mientras que sabi significaba "frío",
"flaco" o "marchitado". Hacia el siglo XIV estos términos
comenzaron a cambiar, adquiriendo connotaciones más positivas.
Wabi ahora connota simpleza rústica,
frescura o quietud, siendo aplicable tanto a objetos naturales como hechos por
el hombre, o elegancia subestimada. También se puede referir a peculiaridades o
anomalías que surgen durante el proceso de construcción y dotan de elegancia y
unicidad al objeto. Sabi es la belleza o serenidad que aparece con la edad,
cuando la vida del objeto y su impermanencia se evidencian en su pátina y
desgaste, o en cualquier arreglo visible.
Desde un punto de vista del diseño o
ingeniería, wabi se interpretaría como la cualidad imperfecta de cualquier
objeto, debida a inevitables limitaciones en el diseño y construcción. Así,
sabi podría ser interpretado como el aspecto de imperfecta fiabilidad o
limitada mortalidad de cualquier objeto; de aquí la conexión etimológica con la
palabra japonesa sabi, oxidarse.
Ambos conceptos, wabi y sabi,
sugieren sentimientos de desconsuelo y soledad. Según la perspectiva budista
Mahāyāna, estas son características positivas, al representar la liberación del
mundo material y la trascendencia hacia una vida más sencilla. La propia
filosofía Mahayana, sin embargo, advierte de que la comprensión verdadera no
puede alcanzarse mediante palabras o lenguajes, por lo que aceptar el wabi-sabi
en términos no verbales sería el enfoque más adecuado”.
Numerosas
artes japonesas durante los últimos milenios se han visto influidas por el Zen
y la filosofía Mahayana, especialmente en cuanto a la aceptación y contemplación
de la imperfección, el fluir constante y la impermanencia de todas las cosas.
Dichas artes ejemplificarían la estética wabi-sabi. Ejemplos tenemos en : Honkyoku (música tradicional para
shakuhachi de los monjes Zen); Ikebana (arreglos florales); Jardines japoneses,
Zen y bonsáis; Poesía japonesa (especialmente el haiku); Alfarería japonesa
(Hagi ware); Ceremonia del té japonesa o el Kintsugi (técnica japonesa para
reparar objetos de cerámica con la resina del árbol de la laca y polvo de oro)
Enlace
muy interesante: http://www.pinterest.com/erudeshi/wabi-sabi-japanese/
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